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Paul Elizalde Martínez Peñuela nació en mayo de 1991 en Pamplona. Hasta hace unos pocos años era un estudiante más de San Cernin. Ahora, con 18 años, estudia primero de Ingeniería Industrial en la UPNA y destaca entre las jóvenes promesas del atletismo navarro. Elizalde, que dio sus primeros pasos en el atletismo dentro del Club Deportivo San Cernin, es el pertiguista de referencia en Navarra. Recientemente consiguió batir el récord navarro júnior, algo que ya ha hecho en dos ocasiones pero que nadie conseguía desde hace 17 años.

No parece que te vayan mal las cosas.

No, la verdad es que de momento va bien. He tenido dos competiciones y he batido el récord navarro en las dos, así que bien, sí.

¿Qué objetivos tienes en los próximos meses?

A corto plazo tengo el Campeonato de España Junior, que espero pelear por quedar campeón o entre los tres primeros. Y más a largo plazo, el Campeonato de España al aire libre y conseguir la mínima para el Mundial de mi categoría. Esto último es difícil, pero podría conseguirlo si trabajo.

¿En qué momento de forma te encuentras?

Ahora me veo bien. He estado de exámenes y ahí siempre entrenas algo menos, pero ahora me veo en muy buena forma.

Estudias Ingeniería Industrial.

Sí, en la UPNA. De momento lo llevo bien. Tengo clase por la tarde y la suerte de que puedo entrenar al mediodía. Estoy entrenando con un pertiguista muy bueno que está compitiendo para el Europeo de Barcelona, que es Javier Gazol. Es el mejor pertiguista de España. Entreno con él y es una suerte.

¿Por qué a casi todos los atletas os da por estudiar algo de ciencias?

Sí, la verdad es que sí. Conozco varios casos. No sé por qué será, quizá porque somos peculiares (risas).

¿Dónde te ves de aquí a tres o cuatro años?

No lo sé. De momento puedo compaginar estudios y deporte bien, y mientras pueda seguir haciéndolo no hay ningún problema.

Pero llegará el momento en que tengas que elegir.

Está claro que cuando acabe los estudios ya sabré a qué nivel estoy y tomaré la decisión, pero hoy en día es imposible vivir de la pértiga. Si no pudiese compaginar las dos cosas elegiría el trabajo, pero porque me vería obligado. Si pudiera vivir de la pértiga viviría de ella. Tienes que estar en la élite europea para poder hacerlo.

Está claro que no te metiste en el atletismo por dinero. Entonces, ¿por qué?

Yo empecé a hacer atletismo porque me animó Josetxo, el profesor de Educación Física de San Cernin. Probé y hacía velocidad, saltos y esas cosas y luego me dieron a probar la pértiga. Me gustó, se me daba bien y seguí haciendo pértiga. Para entonces ya me interesaba el atletismo, pero, pero Josetxo fue el que sobre todo nos animó.

¿Qué recuerdos guardas de San Cernin?

Terminé el año pasado, así que lo tengo reciente. Guardo buenos recuerdos. Hay cosas que quizá son mejores ahora, pero hay otras que sí echas de menos, como por ejemplo la atención que tenían los profesores, el buen trato con la mayoría sí que se echa en falta.

¿Quiénes son tus referentes en el atletismo?

En pértiga desde hace tiempo es Sergéi Bubka, porque hay pocos récords que duren tanto como el suyo y atletas que hayan destacado tanto. Quizá ahora Isinbayeva es el equivalente a Bubka en mujeres, pero él es el hombre a batir. En España no hay un nivel muy alto, pero a nivel internacional ya se van acercando a las marcas de Bubka.

La pértiga es una modalidad peculiar dentro del atletismo.

Sí. Es una sensación diferente. Lo que me llamó la atención es que es diferente a los demás, la sensación de estar subiendo por el aire...

¿Asusta?

Sí, al principio sí que da miedo, pero como vas con cuidado y poco a poco... Luego coges seguridad.

Tus caídas habrás tenido.

Sí, de caer hacia atrás, de caer fuera de la colchoneta... Son cosas que pasan.

¿Ese miedo se va?

Ahora también me cuesta tener esa seguridad, pero poco a poco ya se va cogiendo esa confianza.