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Su ilusión era jugar este año en el Junior A de San Cernin. Para Sara Hermoso de Mendoza (Pamplona, 9 de julio de 1991), el baloncesto es una parte fundamental de su vida. Sin embargo, una inoportuna lesión detectada durante la pretemporada le va a impedir jugar durante seis meses. El pasado viernes fue intervenida de rotura de menisco y ligamento en su rodilla y poco después recibió en su habitación la visita de sus compañeras de equipo. Todo un detalle que ha servido para que Sara encare con más optimismo su recuperación.

"La lesión pensaba que me la había hecho en pretemporada, pero creo que realmente la arrastraba desde el año pasado, aunque no se sabe. Llevaba tiempo con dolor en la rodilla y este año me hice una resonancia y vi que tenía rotura de menisco y ligamento en la rodilla. Desde el primer momento quise operarme, no tenía miedo a la operación", cuenta Sara.

Afortunadamente, la operación realizada el pasado viernes fue un éxito. "Ha ido todo bien. Me han operado por artroscopia. Al principio sentí mucho dolor, pero ahora estoy bien. Tengo que estar un mes con una férula para no mover la rodilla y después empezaré la rehabilitación y a esperar cómo evoluciona", asegura la jugadora de 17 años.

Un sueño pendiente

Atrás ha dejado ya los peores momentos. "Lo pasé muy mal porque una de las cosas que más me importan es el baloncesto. Era con lo que me desahogaba. Después de la operación espero que la rehabilitación pase pronto pero lo veo con optimismo porque ya queda poco y lo malo ya se ha pasado. La rehabilitación espero que, en vez de ser de seis meses, se quede en cuatro", confiesa Sara.

Su obsesión es empezar la rehabilitación cuanto antes para cumplir un sueño, el de jugar esta temporada con su equipo. Lo tiene difícil y ella lo sabe, pero quiere tener una meta hacia la que enfocar su recuperación. "Yo quiero jugar por lo menos un partido, aunque sea un minuto. Pero ya se verá. El médico me dice que hay recuperaciones que son muy rápidas y otras que son muy lentas, y dependerá de eso. Depende de mi cuerpo y de la rehabilitación. Espero que vaya bien, pero tampoco quiero hacerme ilusiones y luego no poder cumplirlas, pero sí que me gustaría jugar un partido".

Este año la competición le ilusionaba especialmente. El equipo Junior A de San Cernin compite por primera vez en un grupo navarro-aragonés, por lo que el nivel es mayor. "Iba a aprender mucho", se lamenta Sara. Sus compañeras siguen compitiendo pero no se olvidan de ella. "Vinieron todas a verme al hospital con un peluche grande y montaron todo un espectáculo, pero me hizo muchísima ilusión y me lo pasé muy bien porque notaba su apoyo", afirma Sara.

Ver los partidos desde la grada

Además de jugadora, Sara es entrenadora de un equipo de preminibasket. De momento ha tenido que dejarlo y no sabe si en las próximas semanas tendrá la movilidad necesaria para poder acudir a los entrenamientos. "A ver si después del Puente foral me las arreglo para bajar. Y por supuesto iré a todos los partidos y a los de mi equipo (el Junior A), también".

Eso sí, esta estudiante de Segundo de Bachillerato que empezó a jugar al baloncesto a los 6 años en Teresianas, tendrá que acostumbrarse a ver los partidos desde la grada durante un tiempo. "Da rabia estar sentada en un banco y ver que no puedes jugar. Hasta que no te falta algo, como en este caso el baloncesto, no le ves la importancia que tiene. Me he dado cuenta de lo que es jugar a baloncesto. Antes algunas veces me daba pereza ir a entrenar y ahora tengo muchas ganas", comenta. 

Desde aquí le deseamos a Sara una rápida recuperación.