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A David Castañón Barandalla ya le conocen en los pasillos del polideportivo del colegio San Cernin. Y es que lleva en el Club Deportivo desde los 17 años, aunque desde hace dos ocupa el puesto de conserje del edificio.

De 32 años y diplomado en Trabajo Social, ha ejercido como entrenador de fútbol sala en el Club durante 10 años a niños entre 6 y 9 años Comenzó su andadura en San Cernin de la mano de su padre, coordinador adjunto de la sección de fútbol, para ayudar en su labor; gracias a su gran pasión por este deporte.

El nacimiento de su hija el año pasado, así como la necesidad de un cambio en su trabajo como educador de menores en otro centro escolar, fueron los motivos detonantes para aceptar la plaza vacante como conserje hace dos años en el polideportivo del colegio. A pesar de no poder compaginar por motivos de horario con la faceta de entrenador, la tranquilidad mental que le daba este nuevo puesto laboral fue suficiente para acceder a él. Nos cuenta, a continuación, cómo ve ahora el Club Deportivo desde esta otra perspectiva.

Un cambio prácticamente radical en tu vida laboral, ¿Cuáles son las funciones principales que haces actualmente en el polideportivo?

Así es. Surgió la posibilidad de ocupar la plaza vacante como conserje y no me lo pensé. Mi anterior trabajo era mentalmente bastante duro y necesitaba dar un giro a mi vida profesional. Me dio pena dejar mi labor de entrenador, pero era totalmente incompatible con el trabajo de conserje, pero tomé la decisión.

Respecto a mi función, además de abrir y cerrar el polideportivo, superviso diversas tareas, que se cumpla la normativa o que el material esté óptimo para su utilización, entre otros. Es cierto que cuando terminan los entrenamientos puedo estar con los chavales un rato y hablo mucho con ellos. Mi trabajo va más allá y al final está el trato humano. Me cuentan sus cosas, inquietudes… y yo les aconsejo en lo que pueda ayudarles. Me muestro como una persona cercana.

Así puedes ejercer también de algún modo como trabajador social

Efectivamente. Lo puedo aplicar al escuchar a los adolescentes, empleo psicología con ellos. ¡A veces, hasta hago de psicólogo! (risas). Conozco a muchos de los chicos por haber sido su entrenador. La verdad es que se respira un ambiente muy bueno y sano en el colegio.

Y el fútbol lo llevas en la sangre …

El fútbol me apasiona desde los 6 años y es que sigo jugando todavía como aficionado…

Con 17 años comenzaste como entrenador y hasta hace dos años ejercías como tal. De esta época, ¿Con qué te quedas?

Lo más positivo es, sin duda, que me sigo encontrando con chavales que he entrenado antes y después de muchos años me siguen recordando con cariño. Eso me llena muchísimo. Da igual si uno es mejor que otro, lo que importa al final es crear personas.

La transmisión de valores se sigue haciendo incluso en la faceta de conserje

Por supuesto, ahora me toca desde otro punto de vista, pero también hay que poner orden cuando se requiere. De hecho, la salida del colegio es el momento más complicado y los chicos y chicas deben saber comportarse.

¿Qué es lo que más te gusta del trabajo como conserje?

El deporte el general siempre me ha gustado mucho, pero ser conserje me ha dado la oportunidad de acercarme, por ejemplo, al baloncesto, que apenas lo conocía. Estoy muy contento, aunque quizá lo que peor llevo es cuando se van yendo los equipos en el tramo final del día y se queda el pabellón muy solitario.

¿Te gustaría volver a ser entrenador?

¡Me encantaría volver a entrenar! Lo llevo dentro. En cualquier caso, me gustaría seguir vinculado al Club por muchos años más.

¿Qué aficiones tienes?

Además del deporte en general y estar con mi hija especialmente, me encanta la música. Creo que sin música no podría vivir.

¿Y como se define David Castañón?

Soy una persona bastante extrovertida, en quien se puede confiar. Muy trabajador y quizá, con el paso del tiempo me he vuelto más exigente a nivel laboral, social, e incluso entrenando.