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Jon Sangüesa es uno de los entrenadores de fútbol con los que esta temporada cuenta el Club Deportivo San Cernin. Ellos son los que, en gran medida, mantienen vivo el club con su trabajo en el día a día, enseñando y motivando a los chavales. En su mano está compaginar la diversión que supone el deporte con la trasmisión de los valores adecuados. Educar en el deporte, en definitiva. Sangüesa, que dirige un equipo de Fútbol 7, fue además el técnico que encabezó a San Cernin en el reciente torneo Interescolar de Tajonar.

¿Por qué te hiciste entrenador?

Yo jugaba al fútbol, pero me fastidié las dos rodillas siendo muy joven y el médico de Osasuna me aconsejó dejar el fútbol. Para quitarme la chirrinta decidí ponerme a entrenar a críos con 16 años y ahora tengo 23. Era una forma de matar el tiempo y además soy monitor de tiempo libre y me gusta el trato con los críos.

¿Qué tal tu experiencia en San Cernin?

En San Cernin he empezado este año a entrenar. Entrenando llevo seis o siete años, pero hasta ahora lo había hecho fuera del club. Este año me toca encargarme del Fútbol 7 y vamos bien en la liga. Dentro de nuestra categoría estamos con los mejores de Navarra y estoy muy contento porque tengo material para poder trabajar con los chavales y el grupo es muy majete. Con Iosu y Sergio no tengo ningún problema y cuando tenemos que hablar lo hacemos. En otros clubes quizá no había mucho trato entre la directiva y los entrenadores y aquí la cosa está muy bien, son más cercanos que en un club.

Entrenar a chavales tan jóvenes no debe de ser sencillo.

No, tienes que pensar un poco en que es una edad en la que ellos quieren ganar, pero que también es muy importante que se formen, que aprendan todos, que valoren que tienen que jugar tanto unos como otros... Yo estoy muy contento con ellos.

Es importante que jueguen todos. ¿Ellos lo entienden?

Hay padres que igual se creen que sus hijos tienen que jugar todo el partido porque son muy buenos. Pero en estas edades tenemos chavales que igual vienen a entrenar con más ganas que su hijo y se merecen jugar aunque no sean tan buenos. Al final están esforzándose y se merecen la recompensa del partido, que es donde al final ellos disfrutan, porque un crío sólo entrenando no se motiva.

¿Qué tal fue la experiencia en el Torneo Interescolar?

Sí, ha sido una buena experiencia. No había tenido nunca la posibilidad de participar en algo así y ha sido divertido, algo distinto, y los chavales y los padres estaban muy contentos y con muchas ganas. El equipo que nos eliminó era muy parecido a nosotros. El día del partido nos faltó uno de nuestros mejores defensas y se notó bastante atrás. Pero por lo demás terminamos contentos por lo que hicimos, porque tampoco pudimos preparar mucho el torneo. La gente comentó que jugamos muy bien y que el partido de Eulza, por ejemplo, gustó mucho. No rifamos el balón o no nos dedicamso a jugar con un solo jugador, sino que había un buen equipo.