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En el CD San Cernin ya se conocía a Jon Ganuza Arcaya en los pasillos del polideportivo, tanto de jugador como de entrenador; pero ahora a sus 31 años será el nuevo coordinador de la sección de Baloncesto del Club.
Coge la batuta con ambición y mucha ilusión. No obstante, es consciente que durante este primer año podrán cometerse errores, pero con el fin de conseguir el engranaje perfecto para que funcione perfectamente su sección.
Apasionado del baloncesto desde los 8 años, nunca ha dejado de formarse y aunque la lesión en una rodilla le ha hecho apartarse de forma activa de la cancha, seguirá contribuyendo desde otra perspectiva por el bien de este deporte en San Cernin.
Coges el testigo de Justo Sanz, muy admirado y apreciado por la familia del baloncesto ¿Cómo afrontas tu nueva etapa?
Desde mayo me he ido implicando en las labores del nuevo puesto. Tengo mucha ilusión, ganas, ambición y fuerza para intentar hacer lo mejor posible. Aprenderé de los errores que puedan cometerse y actualmente estoy en una etapa de adaptación para conocer a todos los entrenadores/as y jugadores/as, buscando el equilibrio con todos los recursos a mi alcance para que estén todos bien. Mi figura es la de coordinar y liderar a través del trabajo, sacrificio y esfuerzo, pero sin imponer mis ideas.
¿Cómo está siendo la transición como nuevo coordinador?
Ya conocía a Justo Sanz y me gusta mucho su forma de ver el baloncesto. Siempre que he tenido cualquier duda, me ha ayudado y me ha dado consejo. Es importante que esta transición sea paulatina e ir introduciendo mi forma de trabajar poco a poco, que las ideas que instauro tengan un cómo y un por qué. No es bueno todo de golpe. Y es que desde el punto de visto de entrenador te fijas más en tu propio equipo y en los de categoría cercana; como coordinador tienes que centrarte en todos por igual y buscar un equilibrio para todos. Además, hay que encargarse del trabajo burocrático, administrativo, cumplir con los plazos, atender llamadas, etc.
¿Cómo valoras los primeros compases en tu nuevo puesto?
Por parte de los jugadores muchos ya me conocían porque les he entrenado, así que la adaptación está siendo más sencilla. Respecto a los entrenadores, también muy positivo. Estos días me está tocando ir conociendo a más personas que forman parte de la familia del Club (de la limpieza, informático…). Se trata de en lugar de verlo como jugador y estar físicamente lo mejor posible o como entrenador, buscando el bien de 12 ó 14 personas, debo intentar globalizar y llevarlo a todo el Club en general.
¿Cómo fueron tus inicios en San Cernin?
Procedía del Egüés y comencé como jugador en San Cernin en Liga Interautonómica hace 5 años. Me ofreció Justo entrenar el equipo Juvenil Masulino, junto a un amigo, Eduardo Sádaba y tuvimos un gran estreno, puesto que ganamos la Liga. Al año siguiente entrené a las chicas (ya tenía experiencia en Egúés) en 2ª Cadete, también ganamos la Liga y, así, ascendimos. Hasta este año he compaginado las facetas de entrenador y jugador, pero debido a una lesión en la rodilla y después de ser operado, he dejado de jugar.
¿Qué objetivos te propones en tu nueva etapa?
Es verdad que Justo hacía muchísimas cosas y sobre todo, tenía mucha experiencia en la organización, en el conocimiento de los grupos de trabajo… Yo conozco a la mayoría como compañeros de equipo e intento ofrecer otras cosas, tales como individualizar la técnica de cada niño o potenciar el talento de los chavales. De profesión soy Técnico en Recursos Humanos, por lo que me gustaría transmitir ese punto psicológico aplicando diversas herramientas de mi día a día. Me encanta escuchar a la gente.
¿Algún aspecto que te gustaría cambiar?
Cuando entré en este Club recuerdo que todos los entrenadores éramos como una piña y actualmente, por el ritmo de vida cada uno, veo que algo se ha perdido. Por tanto, quiero recuperarlo y mejorar todos los aspectos que estén en mi mano.
Por otra parte, estamos trabajando en la ética del trabajo. Dentro de la sección masculina y femenina hemos creado grupos de trabajo con los entrenadores para que en función de diversas características (la liga en la que nos enfrentamos, el perfil de los jugadores/as…) establezcamos un proyecto y una forma de trabajar común. En definitiva, una línea de juego unificada y que toda la sección tenga el mismo criterio, que se vea una continuidad entre los equipos conforme van subiendo de categoría. Antes los entrenadores tenían bastante experiencia, pero actualmente se está implicando gente más joven y es fundamental formarles dándoles unas pautas que les sirvan de guía. Sin duda, todos los cambios que se quieran ir incorporando tendrán que ser poco a poco y hablando mucho con las familias.
Siempre manteniendo la esencia que ha caracterizado el baloncesto del Club durante tantos años.
Efectivamente. Al ser un club colegial lo primero que hay que formar son buenas personas y transmitir valores correctos, de respeto a los compañeros, de humildad; así como el trabajo, el sacrificio o la puntualidad, que son valores que aunque también se trabajan en el colegio, es necesario reforzarlos a través del baloncesto en este caso. Para los chavales la figura del entrenador es un referente.
Es cierto que cada grupo es diferente y, por tanto, hay que ver cada equipo por individual. Los cambios son iguales para todos, pero su implantación debe ser progresiva y en función de sus edades. Muchos deportistas son del colegio y conocen el funcionamiento del Club, pero otros vienen de otros centros y hay que darles más ayuda para que se sientan integrados.
¿Qué te ha aportado el baloncesto?
Frente a deportes individuales, el baloncesto aporta valores de trabajo en grupo, de sacrificio y de compañerismo. Por ejemplo, es gratificante dar una asistencia a un compañero. Personalmente creo que el ambiente en las gradas en el baloncesto es mucho más sano que en otros deportes. A mi me ha dado muchos amigos y muy buenos ratos.
¿Cómo es Jon Ganuza?
Soy muy trabajador y me caracterizo por meter muchas horas en el trabajo. Gracias a mi profesión soy muy dialogante y comunicativo e intento empatizar con la gente, escuchando lo que me transmite. También estaba el otro Jon, el jugador y luchador en la pista, que buscaba con ahínco el bien común, orgulloso de darlo todo por el equipo.
Solo quien es disciplinado en el trabajo verá los resultados, tanto positivos como negativos. Ésa es la única manera de mejorar y avanzar, nunca debes tirar la toalla.
Señalamientos 27-28 abril
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