Noticias

Feliz y orgulloso del trabajo hecho. Aunque con sentimientos encontrados, Justo Sanz Monzón pone fin a su etapa en el C.D. San Cernin tras más de 30 años de dedicación y convivencia con esta familia deportiva, en la que los últimos 10 años ha ejercido de coordinador de la sección de baloncesto.

Enamorado de sus dos profesiones, profesor de Educación Física (primero en el Centro  San Agustín de Pamplona y después en Padres Reparadores en Puente la Reina) y  entrenador de baloncesto en el Club; se define como una persona muy alegre, que sabe buscar el lado positivo de las cosas y muy amigo de sus amigos.

Burgalés de nacimiento y pamplonica de adopción, en los últimos meses ha vivido una montaña rusa de emociones, pero se va satisfecho y con ganas de disfrutar de la vida y devolver el tiempo a su familia que no le dedicó entonces y que tanto le ha apoyado en su actividad.

¿Qué te ha dado el baloncesto?

Ha sido el hobby de mi vida, llevo en él nada menos que 56 años. A los 7 años empecé a practicar en Valladolid, después en Madrid; que fui técnico en la Selección nacional; y luego ya entrenador en Pamplona. ¡Y hasta ahora! El baloncesto me lo ha dado todo, me ha moldeado, me ha dado amistades, he conocido a personas increíbles y se puede decir que me ha ayudado a crecer como persona.

¿Cómo llegaste al CD San Cernin?

Nada más venir a vivir a Pamplona contacté con la Federación Navarra de Baloncesto y formé parte de ella para seguir de entrenador. He entrenado a casi todos los equipos de Navarra, porque tener el título de entrenador nacional y ser licenciado en Educación Física me abrió muchas puertas. Así que me ofrecieron entrenar en San Cernin y no me lo pensé. Mi implicación con este Club ha sido total y he dado todo lo que tenía.

¿Cómo ha sido la evolución del Club en todo este tiempo?

San Cernin siempre ha tenido una base de formación buenísima. No es que haya habido un cambio radical, porque ha sido un Club muy estable y que, siendo colegial, ha  competido igual con clubes que son exclusivamente de Baloncesto (como el Mutilva, Ardoi….). Tampoco ha habido mucho cambio en las fichas, que se ha mantenido un número constante. Lo que sí ha habido más evolución ha sido en la forma de trabajar, a nivel técnico y físico. De hecho, me he esforzado mucho en transmitir a los entrenadores del Club además del esquema deportivo, la parte personal. Lo importante es crecer como persona y por encima de la técnica, siempre está la persona.

Es decir, la clave por tanto radica en la transmisión de valores

Por supuesto. Se ha mantenido siempre y debe seguir manteniéndose esta filosofía. Y es que tenemos que ir en la línea del colegio para transmitir esos valores. Para mi son fundamentales el trabajo, el esfuerzo y, lo más importante de todo, el respeto. Es la clave para que la gente se forme a nivel físico, personal y educativo. Esto es, a nivel integral de la persona.

¿Cómo se consigue transmitir esos valores?

Lo importante es que los entrenadores tengan las capacidades de llegar a los alumnos y alumnas para decir lo que piensan, sienten, etc; puesto que saben que son el espejo en el  que se van a reflejar los niños. Ellos tienen que dar ejemplo continuo en todos los entrenamientos y partidos en los que se compite; pero si se gana bien, y si se pierde, también. Si la gente da todo lo que tiene, ya no se le puede pedir más.

La cercanía y confianza es importante con los jugadores, pero siempre manteniendo la línea de disciplina entre jugador y entrenador. ¿Qué opinas?

Los críos deben saber distinguir cuándo es el entrenador amigo, el entrenador-entrenador y quién es el que dirige los entrenamientos y los partidos. Creo que algo que he conseguido en estos años es que siempre me he llevado muy bien con los jugadores/as y con los padres y madres, que son una parte muy importante del tema deportivo. Nosotros somos un apoyo más en la educación de los chavales. Estar en contacto con los padres es fundamental y siempre he intentado escuchar para conseguir así lo mejor posible para todos. Todo es más sencillo si hay una comunicación fluida con las familias.

¿Qué nivel tiene el baloncesto en Navarra? ¿Cómo auguras su futuro?

Es de muchos vaivenes. Ha habido momentos con posibilidades reales de formar un equipo arriba del todo hace unos 5 años, en los que se pudo hacer unos buenos fichajes, pero al final no llegó a buen término. Fue una pena. Lo más importante es formar a la cantera para que haya continuidad y fomentar que la gente se implique.

Respecto al futuro, lo veo muy espléndido para las chicas, van a subir a Liga Femenina en corto plazo, están muy motivadas. Sin embargo, está más complicado en chicos… Vivimos un ciclo y para estar arriba la base tiene que ser sólida.

El deporte siempre ha estado muy presente en ti y así lo has transmitido a tus hijos.

Efectivamente. La gente que hace deporte vive un ambiente diferente y eso he querido inculcar a mis hijos. Echo en falta que fuera del ámbito escolar apenas juegan los niños en la calle, es muy triste verlos enganchados a los móviles, que no sucede cuando están entrenando. Mi mujer también es licenciada en Educación Física y mis hijos son deportistas natos. Es un orgullo que mi hijo Iñaki recoja mi testigo y se dedique al baloncesto, nada menos que en la ACB; así como mi hija Edurne, que fue campeona de Europa en Hockey Hierba.

Una nueva etapa que comienzas en la que entiendo que el deporte ocupará un papel importante. ¿Qué objetivos te planteas para los próximos meses?

Si hace falta que eche una mano en el Club, estoy totalmente dispuesto a ayudar. Ahora quiero descansar y relajarme a nivel mental para situarme. Me encanta pasar tiempo en la huerta, así como dedicarme a la lectura o alguna ONG. Pero también me quiero meter a fondo y formarme en el mundo del Reiki, que me llama mucho la atención y lo conozco personalmente, porque hice un curso hace tiempo. Iré haciendo estas cosas poco a poco y mucho más tranquilo, disfrutando.

¿Cómo está siendo el relevo hacia la nueva persona que estará al frente de la sección de baloncesto?

Dejo el Club en unas manos excelentes con Jon Ganuza, que se ha implicado mucho desde el principio. Pienso que todos los cambios son buenos y tienen que ser para mejor. Lleva desde mayo viendo cómo funciona todo, con mucho interés y es de agradecer. Sabe cómo lo hacía yo, pero él tiene que dar su toque y aportar sus propias ideas.

¿Algún consejo?

No es nuevo y conoce el Club desde hace años, lo único que le he dicho es que hable mucho con la gente y, sobre todo, escuche. Es lo más difícil, pero muy importante. Tiene que trabajar como él crea que tiene que hacerlo, pero debe dejarse aconsejar sin imponer sus ideas.

Por tanto, ¿Cómo calificas el balance de tu paso por San Cernin?

Enormemente positivo y estoy muy orgulloso de ello. Lo que queda son los amigos que dejas, que siempre seguirán ahí y, por supuesto, la sonrisa de los chavales cuando están a gusto entrenado y disfrutan. Es lo que más satisfacción me ha dado siempre.

¿Algo que añadir?

Me gustaría agradecer al CD San Cernin la posibilidad que me ha dado de entrenar y coordinar este Club; también la confianza de la directiva del Baloncesto y a Félix Purroy, que siempre me ha apoyado en todo.